El domingo 28 de agosto caerá el telón final para "África, un continente", la obra de Patricia Zangaro dirigida por Alejandro Ullúa. A las 20, puntualmente, en el Teatro del Pueblo comenzará lo que será su última función.
Vale la pena recordar lo que dijeron algunos espectadores que pasaron por su platea:
Allí donde nos aterra llegar y pensarnos está África, en misterioso y bello texto. Potentes actuaciones y puesta en donde lo desconocido se torna siniestro, donde el otro es peligro, donde la compasión y el encuentro lamentablemente no son posibles.
Luciano Suardi
Me sentí en el espacio y la puesta ideal para espiar esa terraza donde padecen los personajes. La respiración de los excelentes actores, los sonidos de sus cuerpos contra el suelo hacen que el espectador se sienta cercano e "involucrado". Zangaro, como siempre plena de talento y sensibilidad, experimenta y juega con la palabra involucrarse, la aplica con variaciones, la repite en medio de un lenguaje despojado y los cuatro personajes la hacen suya a pesar de estar hundidos en la soledad y la desesperación. Ellos no pueden ver al otro y esta dificultad es lo que nos obliga a mirarnos como sociedad. Uno sale del teatro pensando si la comprensión y la compasión que siente por los excluidos del mundo es suficiente. ¿Realmente miramos al que sufre?
Cecilia Rossetto
África... es un espectáculo fuerte, duro. Pero deja una ventana abierta para que respire la esperanza. Buen texto y puesta original. Y muy buenos trabajos con una Stella Matute excelente.
Héctor Oliboni
Dionisio, Fm La Tribu
Borde y pérdida: Aunque el escenario está al ras del piso, los actores consiguen transmitir el vértigo de la altura, mejor dicho del borde, en la terraza de un edificio. Allí, un joven perturbado se obsesiona con el patio de un colegio vecino y porta una bolsa de aspecto ominoso. Una mujer angustiada por los desencuentros con su hija mira el abismo con intención desesperada. La hija, una joven cargada de furia, le avisa que se irá del país, y lo hará acompañada. Un artista de gustos sanguinarios se regodea en su propia perversidad. Y un personaje secreto, a quién se describe como "un negro", agoniza en algún lugar del edificio. Los actores se manejan con solvencia en esta historia, que tiene de universal la sensación de borde y pérdida. Vértigo puro. Criaturas inquietantes y un elenco convincente.
Cecilia Absatz
Revista Noticias
La obra de Patricia Zangaro y la dirección de Alejando Ullúa me sorprendieron. Creo que en materia teatral cuando se arma un grupo de trabajo es fantástivo ver cómo en un pequeño espacio se puede crear un mundo como es, en este caso, una terraza y generar situaciones dramáticas tan interesantes y actuales. Porque la violencia de los personajes y las fantasías inconscientes suicidas se ven a diario no sólo en nuestro país (basta con mencionar a los barrabravas y los incidentes en los estadios de fútbol o al estudiante que en Carmen de Pagones mató a sus compañeros en una escuela secundaria o los enfrentamientos a la salida de los boliches). Me pareció un espectáculo muy logrado y sobre todo muy teatral en todos sus aspectos."
Marikena Monti
África... un continente reúne al espectador a un universo textual y dramatúrgico que nunca es anecdótico, el mundo de Patricia Zangaro. Una poética donde lo político reside en el convocatoria permanente de “mirarnos hacia dentro”. Como siempre para aquellos escuchas de su mirada esta nueva pieza nos encuentra con la destreza de una creadora capaz de expresar pensamiento desde los detalles. África... un continente es un nuevo relato que se suma a las versiones de la historia, constatación de que no solo se hace arte sino que se opina a través de él.
Araceli Mariel Arreche
Directora Proteatro,
Jurado Premio Trinidad Guevara
y Teatros Del mundo
Patricia Zangaro, como la dramaturga inglesa Sarah Kane lo hizo en Blasted, Cleansed o Phaedra's love, demostró a la vez un gran comprensión de los asuntos de nuestro mundo contemporáneo (soledad, violencia, diferencia sexual, racismo, etc.), y una nueva visión de la dramaturgia, despojada, violenta e intensa, dramaturgia en la cual la sencillez de la palabra ilustra la incomunicación de nuestros tiempos. Su obra impacta al espectador visceralmente, como tendría que hacerlo toda obra de teatro. Quizás este trabajo denso, tanto en los temas que trata como en su exigencia formal, pueda desconcertar, pero en el sentido positivo de la palabra, porque es la misión primera del arte : despertar las conciencias, provocar emociones y dejar huellas en la mente."
Mathilde Arrigoni
Investigadora y docente en Sciences Po Paris
(Universidad de Ciencia Política de París)
El domingo fui a ver la última obra estrenada de Patricia Zangaro, es tan simple y complicada como la vida misma, son cuatro personajes que están muy bien descriptos por Patricia y muy bien dirigidos por Alejandro Ullúa, cada uno de ellos tiene las locuras, las ternuras, los miedos, las necesidades, los encuentros y desencuentros que tenemos todos y cada uno de nosotros a diario, se mezcla la competencia, la necesidad de ser el primero, la indiferencia, aparece el desprecio por el distinto. Yo no soy crítica teatral, pero me gusta ver buen teatro y este que vi es buen teatro, lo recomiendo, buen texto, buena dirección, buenos actores. Gracias a todos ellos.
Perla Carella
El precipicio de las almas: Nada explica cómo una noche cualquiera cuatro sujetos atormentados se cruzan en lo alto de una urbana terraza y comienzan a discurrir sus historias y a penar sus desgracias. Mientras abajo un hombre negro moribundo se desangra ante la indiferencia de todos. Eso es: "África...un continente", creado por Patricia Zangaro. Cuatro conflictividades interiores, vulnerables, apocalípticas, tan diferentes entre sí pero conformando un sólo bloque frente a ese "otro" allí abajo que espera. Una acertada dirección de Alejandro Ullúa, quien realizó un trabajo preciso sobre estos personajes sin nombre ni prototipos mediocres, pero tan identificables como la madre suicida, la hija lesbiana, el mitómano francotirador y el pintor "asesino". Quienes tejen una trama con registro dramático y tintes de misterio e intriga. Todos trepan a la terraza con sus vidas a cuesta desdibujadas, transitan el abismo del dolor y al amanecer ya no son los mismos. Se destaca estupendamente la labor actoral de Alejo Ortiz, quien personifica con tremendo carácter escénico a ese pintor trashumante que desgarra su ira y dolor, y lo transmite desde las vísceras con desmesurada emoción.
Charly Zárate
La voz joven